Las soft skills y las hard skills son dos tipos de habilidades que se requieren en el ámbito laboral, pero que tienen características y formas de adquirirse diferentes. Aquí, explicaremos qué son cada una de ellas, en qué se diferencian y por qué son importantes.
Las hard skills son las habilidades técnicas y específicas que se pueden aprender y medir; son aquellas que se relacionan con el conocimiento y la capacidad de realizar una determinada tarea o trabajo. Por ejemplo: saber programar, hablar un idioma, manejar una máquina o tener un título académico.
Estas habilidades se suelen adquirir en el ámbito educativo o profesional mediante la formación reglada, los cursos, la experiencia o la práctica. Las hard skills son las que se suelen destacar en el currículum y las que se evalúan en los procesos de selección de personal.
Las soft skills son las habilidades personales e interpersonales y se refieren a la forma de interactuar y relacionarse con los demás; es decir, las que tienen que ver con la inteligencia emocional, la personalidad, la actitud y el comportamiento. Por ejemplo: ser empático, creativo, flexible, líder o buen comunicador.
Estas habilidades se suelen adquirir a lo largo de la vida, en el día a día, mediante el aprendizaje informal, la observación, el feedback o la reflexión. Las soft skills son las que se suelen manifestar en la entrevista de trabajo y las que se valoran en el desempeño y el desarrollo profesional.
Por un lado, las hard skills permiten demostrar la competencia y la capacidad para realizar un trabajo, mientras que las soft skills posibilitan adaptarse a los cambios, resolver problemas, trabajar en equipo y generar confianza.
La diferencia fundamental entre ellas es que las hard skills son objetivas y cuantificables, mientras que las soft skills son subjetivas y cualitativas.
Sin embargo, ambas son complementarias y necesarias para tener éxito en el mundo laboral. Por eso, es importante desarrollar tanto las unas como las otras y saber combinarlas y equilibrarlas según las circunstancias y los objetivos.
En el vídeo que proponemos, Victor Küppers habla concretamente sobre la importancia de una Soft Skill en particular: la actitud. Ésta es una habilidad que influye en las personas que están a tu alrededor, en el estado de ánimo, en la energía, en la confianza y la capacidad de superar obstáculos. Eso es una habilidad que contagia y hace pensar a los demás también.
Hablemos un poco más sobre las Soft Skills:
Las soft skills son muy importantes en el ambiente de trabajo y en las relaciones interpersonales por varias razones:
Permiten comunicarse de forma efectiva y respetuosa.
Facilitan la colaboración y la confianza.
Ayudan a gestionar las emociones (propias y ajenas), reduciendo conflictos que puedan crearse en el ambiente laboral.
Aumentan la motivación, el bienestar y la satisfacción por tener mejores relaciones interpersonales en el trabajo.
Favorecen la adaptación al cambio, la resolución de problemas y la creatividad.
Mejoran el rendimiento personal y grupal.
Favorecen la calidad de la competitividad dentro de la empresa.
Potencian el liderazgo.
Fomentan la toma de responsabilidad y compromiso de parte del individuo y del equipo.
Generan un clima laboral positivo y una cultura organizativa sólida.
Sirven para obtener una reputación corporativa favorable y creciente.
En resumen, con las Soft Skills, tenemos 5 ejemplos de áreas de benefício:
Flexibilidad y capacidad de adaptación
Trabajo en equipo
Comunicación
Proactividad
Pensamiento crítico
Eso es lo que enfatiza Elena Arranz en el artículo de Fundación Adecco.
Estas son algunas de las ventajas que las soft skills aportan al ambiente de trabajo y a las relaciones interpersonales. Por eso, es importante desarrollar y mejorar estas habilidades, tanto a nivel individual como colectivo. 😊
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